En Monagas se usa para hablar de un enamoramiento rápido, intenso y medio bobo, como un curso exprés de amor que sabes que no va a durar mucho. Es ese crush pasajero del que todo el mundo se burla un poquito, pero igual es sabroso mientras dura. Y hay que admitir que el nombrecito tiene su encanto.
"Muchacha, a Carlos se le ve el cursito por la vecina, se pone rojo cada vez que la ve y hasta se ofrece a sacarle la basura sin que se lo pidan."