Se usa para regañar con cariño cuando alguien está haciendo mucho desorden, bulla o payasadas y ya se pasó de la raya. Es muy típica en reuniones familiares cuando los niños o el tío chistoso arman show y no dejan a nadie tranquilo. Suena regañona, pero también tiene su toque de ternura tolimense, como diciendo ya, bájele dos rayitas.
"Ey, Juanito, deja la guachafita que vas a tumbar la sala, tu abuela se va a emberracar y ni la novela vamos a poder ver tranquilos"