Frase bien mexicana para animar a alguien a meterle ganas de verdad a algo, aunque esté pesado o se vea cuesta arriba. Es como decirle: no te rajes, tú puedes, pero con ese toque de cariño y empujoncito. En Puebla se oye un montón, sobre todo cuando andas medio bajoneado.
"Ya sé que el profe está bien perro, pero tú échale ganitas al proyecto y vas a ver que sí la armas, aunque sea con cafecito y desvelo."