Se usa cuando algo que parecía normalito o hasta medio chafa termina siendo una joyita. Es como encontrar un tesoro escondido en lo más cutre del mercado. Sirve para objetos, planes o incluso personas que sorprenden para bien. Y la verdad, la frase tiene su encanto porque nadie espera oro en un chancho.
"Pensé que el depa que alquilé iba a ser una ratonera, pero tenía vista al mar y todo amoblado. Mano, ese chancho es oro, me saqué la lotería sin querer"