Se dice de alguien que es un tacaño de manual, de los que se agarran a la cartera como si fuera un tesoro. Siempre busca la opción más barata, regatea hasta el aire y encima presume de lo que se ahorra. Vamos, un rata simpático o desesperante, según te pille el día.
"Quedé con Paco en Malasaña y el agarrao pidió un vaso de agua del grifo, se comió mis patatas y todavía preguntó si le invitaba al metro."