Se dice cuando alguien va con un chingo de prisa, como si lo persiguiera el diablo o llegara tardísimo a algo. Es ir acelerado, sin frenar ni para saludar, casi corriendo. En Baja California Sur suena bien natural para describir a quien anda en modo urgencia total. Y sí, a veces es puro drama.
"Íbamos tranqui por el malecón y Juan pasó andando rajado, sudando la gota gorda, casi tumba el raspado del morro y ni volteó a pedir perdón."