Interjección muy de rancho para soltar cuando algo te sorprende, te asusta tantito o te deja con la boca abierta. Es como decir “no manches” pero con toque más religioso y de señora que ya vio el chisme completo. Sirve para un susto, una noticia inesperada o una metida de pata bien gacha.
"¡Ay, Jesús! Se fue la luz justo cuando iba a mandar la tarea y ahora el profe va a pensar que me hice pato, qué coraje."