Se dice de alguien que está bebiendo a lo bestia, sin freno y con cero amor propio, como si el hígado fuera de repuesto. Es una forma exagerada y burlona de señalar que le está dando durísimo al trago y que la noche va camino al desastre. Muy de pana para echarle vaina al que se pasó.
"Chamo, ayer Carlos bebió como un paracaidista y terminó pidiendo una arepa a las tres, cantando salsa y bailando encima de la mesa."