En Mendoza se dice cuando le metés soda o gaseosa al vino, casi siempre al tinto, para bajarle la intensidad y que entre más suave. Es el truco clásico para estirar la botella, aguantar el asado sin quedar dado vuelta y tomar tranqui. A algunos les parece sacrilegio, pero en verano se agradece.
"Che, no te hagás el fino, pasame la soda que este tinto pega fuerte. Lo blanqueo un toque y sigo de largo con el asado y la charla."