Forma coloquial de llamar al bus tan lleno que vas prensado entre gente, mochila y bolsas, como sardina enlatada. Se usa cuando el transporte público va a reventar y uno ya ni puede respirar, pero igual toca aguantarse porque no hay de otra. Y hay que admitir que el nombre tiene su gracia resignada.
"Parce, hoy el bus sardina venía tan lleno que quedé abrazando al señor de al lado y casi me bajo en la parada equivocada del apretón."