Se usa cuando a alguien le encajan una culpa o una tarea que no le corresponde, como si le tiraran encima todo el bardo sin preguntar. Es muy de cuando te hacen responsable de algo que ni viste pasar. No tiene nada que ver con un chancho real, pero sí con la bronca que te agarra, que es bastante.
"El jefe llegó de mal humor y, como siempre, me cargaron el chancho a mí por el quilombo de la oficina, ¡si yo estaba tomando mates tranqui en el depósito!"