Se usa para hablar de un momento súper bochornoso, de esos en los que metés la pata feo o hacés el ridículo en público. Puede ser una caída épica, decir una burrada o quedar en evidencia frente a todo mundo. Primero querés que te trague la tierra, pero luego te cagás de la risa recordando el catrachazo.
"Loco, llegué todo creído a la fiesta, me tropecé con el cable del parlante y apagué la música enfrente de todos, tremendo catrachazo el mío."