En Cantabria se usa para cuando alguien se lía más de la cuenta con algo que era fácil y acaba montando un cristo innecesario. Es como empezar una chapucilla tranquila y terminar con todo patas arriba sin saber muy bien por qué. Vamos, que te pones a hacer algo sencillo y acabas chafangueando a lo grande.
"Me puse a ordenar un cajón y acabé chafangueando toda la casa, con ropa por el pasillo, cajas en el salón y mi madre echando humo"