Verbo inventado con toda la mala leche para cuando un chilango cae a Oaxaca, se enamora del mezcal, el barro negro y los textiles, y se los lleva como si fueran souvenir de identidad. Es apropiarse del folclor y del estilo de vida oaxaqueño para verse alternativo en Instagram. Suena chistoso, pero la crítica va en serio.
"Cayó el compa de CDMX, se compró un huipil, dos alebrijes y ya anda chilangoajenando, diciendo que Oaxaca le cambió la vibra mientras regatea a la doña."