Se dice cuando alguien se va a enrollar contando una historia larga, de esas que empiezan tranquilas y acaban con detalles que nadie pidió pero todos escuchan igual. Muy típico después de unos vinitos, cuando la lengua se suelta y el cuerpo pide charla. A veces hace gracia, otras agota, pero siempre anima la sobremesa.
"Tú deja a mi tío con la botella de vino y verás cómo empieza a echar un párrafo sobre cuando casi se hace rico con unas viñas en Haro y no acaba ni pa' los postres"