En Navarra se dice cuando alguien monta un numerito exagerado por una tontería, como si le hubieran hecho una tragedia griega por tropezar con una piedra. Vamos, que en vez de reaccionar normal, se pone a quejarse, dramatizar o llamar la atención a lo grande. Muy útil para cortar el show con humor.
"Se le cayó el pintxo al suelo y, en vez de pillar otro, se puso a gritar y a lamentarse. Vamos, que echó una canicada delante de todo el bar."