En La Rioja se dice para hablar de echarse una siesta, normalmente después de comer bien y, si cae, con un vinito de la tierra. Es la típica cabezadita que te deja nuevo, aunque a veces se te va de las manos y acabas durmiendo media tarde. Vamos, descanso con denominación de origen.
"Nos metimos entre pecho y espalda unas patatas a la riojana y, con el vinillo, me fui al sofá a echarme una cesta. Me desperté dos horas después, desubicado pero feliz."