Se dice cuando alguien anda aceleradísimo, inquieto y con una energía que no le entra en el cuerpo, como si estuviera enchufado a 220. Va para el que no para de hablar, moverse o hacer cosas a mil por hora. En Río Negro suena re natural y medio en chiste, pero describe perfecto al manija del grupo.
"Cayó al asado y en cinco minutos ya armó el fuego, puso música y habló con todos. Está al relámpago, no se le acaba la nafta."