Se dice cuando alguien va vestido impecable, arregladísimo, como para una fiesta o un casamiento, aunque el plan sea una pavada. Es ir bien peinado, con la ropa planchada y todo en su lugar, como si te estuvieran por sacar una foto. Suena medio en chiste, pero también puede ser elogio.
"¡Mirá ese chango! Camisa planchada, zapatos lustrados y hasta perfume, está de punta en blanco para ir a comprar yerba al almacén."