Se usa cuando alguien siente que vive en un ciclo sin fin de chamba, chelas, juerga y otra vez chamba, como hámster de oficina pero con sabor norteño. Es esa sensación de que todos los días son el mismo miércoles eterno y ni con feriado largo se rompe la maldita rueda, aunque igual uno se apunta.
"Mano, desde que entré a esa chamba ando en una rueda fea: oficina, chelas en la peña, resaca, otra vez oficina y ni tiempo para ir a la playa de Huanchaco."