Se usa para decir que alguien está a nada de dejarse convencer, aflojar o mandarse una cagada hermosa, y que solo le falta un vinito más para cruzar la línea. Es muy mendocina, porque acá todo se charla con copa en mano. Y hay que admitir que muchas decisiones dudosas nacen así.
"El Nico juraba que no iba a llamar a su ex, pero ya con este Malbec encima estás a un vino de distancia de mandarle un audio de tres minutos llorando"