Se le dice a alguien que come a lo bestia, como si llevara tres días sin probar bocado. Es el típico glotón que no perdona una y siempre está picando algo. En Asturias encaja de lujo para el que se zampa una fabada con ansia y todavía pregunta si queda pan. Y sí, da un poco de envidia.
"Antón se metió tres platos de fabada, repitió pan y aún quería postre. Madre mía, qué fartón, va a reventar antes de llegar al chigre."
En Asturias se le dice fartón a la persona que come a lo bestia, con ganas y sin ningún tipo de pudor. Es el típico que llega a la espicha y arrasa con el chorizo, el queso y lo que pille, como si no hubiera mañana. No siempre es insulto, a veces va con cariño y mucha retranca.
"Trajimos empanada y dos tortillas para la espicha y el Dani ya va por el tercer plato. Menudo fartón, va a dejar la mesa temblando."