En Bolivia, decir que tienes filas es hablar de la resaca, ese bajón feo del día después: dolor de cabeza, boca seca, estómago revuelto y cero ganas de existir. Suele salir cuando hubo copete y fiesta hasta tarde. Es coloquial y bien de calle, de esas palabras que te delatan al toque.
"Ayer le metimos duro al copete en el carnaval y hoy estoy con unas filas bravas, ni el api calentito ni una sopita me levantan."