En Miranda y en buena parte de Venezuela, fregar no va de lavar platos, va de fastidiar. Es molestar, insistir, dar la lata o poner a alguien de mal humor con el mismo tema una y otra vez. Se usa mucho en broncas cotidianas y suena bien directo. Si te lo sueltan, es que ya colmaste la paciencia.
"Pana, deja de fregar con el cuento del favor, ¿sí? Estoy full ocupado y tú dale que dale, ni que yo fuera tu asistente."