En Aysén se dice cuando te pones a comer a lo bestia, sin culpa y con ganas, como si el hambre te estuviera corriendo una maratón. Es pegarse un atracón bien patagón, de esos que terminan con la guata feliz y uno medio echado pa’ atrás. Ideal después de una pega pesada o una caminata larga.
"Terminamos el trekking muertos y en el quincho nos mandamos a hacer la champa con cordero al palo, pan amasado y una chela bien helada."