Se usa cuando alguien vende humo a lo grande, promete alta fiesta, asado épico o planazo inolvidable y después no cumple ni la mitad. Todo queda en algo re básico y medio triste, muy lejos de lo que había prometido. Es como decir que te chamuyaron lindo, y hay que admitir que la expresión tiene su gracia bien menduca.
"El loco prometió asado con vacío, costillas y vino del bueno, y al final hizo promesas menducias con dos choris resecos y un pan duro que ni el perro quiso."