Dicho bogotano para soltar, con humor, que a alguien ya le están pegando los años. Se usa cuando empiezan a salir canas, arrugas o ese aire de señor o señora que antes no tenía. Es como decir que le cayó la helada encima y se le puso el pelo plateado. Suena burlón, pero cariñoso.
"No joda, parcero, a Julián ya le llegó el invierno: ayer se peinó y le brillaron las canas como si fueran escarcha, qué pecado."