Expresión huilense que se usa cuando alguien suelta un chisme tan sabroso que uno queda con las orejas paradas, bien atento, casi relamiéndose. Es como decir que lo que están contando está tan bueno que provoca arrimarse más a la conversa. Suena exagerado y divertido, y la verdad es que tiene su encanto puro pueblo.
"Estábamos parchados en la esquina y la vecina empezó a contar el novelón del barrio, eso sí fue un oír juatter que hasta el del carrito de empanadas se quedó escuchando."