Se usa para hablar de alguien que vive el carnaval con una entrega casi enfermiza, que respira morenada, tinku y diablada todo el año. La pasión carnavalera hace que la persona priorice comparsas, ensayos y farra antes que cualquier plan serio. Y la verdad, cuando llega febrero en Bolivia, se entiende bastante bien.
"La Carla tiene tanta pasión carnavalera que se gastó el aguinaldo en el traje de morenada y ahora anda pidiendo prestado hasta pa' la gasolina"