Insulto suave y bien porteño para decirle a alguien que anda lento, despistado o medio leso. Es como llamarlo torpe, pero con ese sabor de calle que suelta la gente cuando ya se cansó de repetir lo mismo. No es lo más elegante del mundo, pero en confianza se usa caleta.
"¡Ya po, pata'e vaca! Te pasé la dirección tres veces y todavía estás dando vueltas por el cerro, compadre."