Se suelta para decir que algo o alguien viene con todo: muy fuerte, muy rápido, muy intenso o de plano bien enojado. Es como soltar un “no manches, qué bruto” pero en modo norteño. Puede ser admiración o alerta, según el tono y la cara que pongas. Y sí, suena bien recio decirlo.
"Le rayaron la troca en el Oxxo y el vato salió bien encendido: ¡qué recio!, yo nomás me hice pa’ un lado."