Se usa para hablar del típico personaje que se las da de bacán, llega bien vestido, con pose de millonario y cara de que lo tiene todo resuelto, pero en verdad no tiene ni uno. Es pura fachada, puro humo, cero respaldo en la billetera. Y hay que decirlo, la palabra suena tan chistosa que casi da ternura.
"Mira al rascacachas ese, llegó al carrete en auto prestado, con camisa planchadita, pero no puso ni una luca pa'l asado ni pa' las chelas."