Se usa para decir que alguien es muy poco expresivo, medio amargo o que tiene menos onda que un ladrillo. Viene de comparar a la persona con el chuño, la papa deshidratada bien típica del norte, toda seca y sin jugo. Es como decir que al pobre ya se le evaporó hasta la última gota de carisma.
"Cayó el profe nuevo al curso, habló diez minutos y todos cabeceando, el tipo más seco como chuño que vi en mi vida, ni una sonrisa tiró."