Expresión asturiana para describir a alguien que, aunque sea joven, tiene alma de jubilado. Habla, viste o se comporta como si tuviera mil años encima, siempre con sus manías, sus costumbres de antes y su punto gruñón. Vamos, que parece más de banco del parque que de salir de fiesta, y a veces hasta hace gracia verlo.
"Tiene treinta años y ya se acuesta a las diez, desayuna café de puchero y galleta María, reniega del reguetón y solo ve la TPA. Ese ye un paisanu vieyu de manual, ho."