Se dice cuando alguien se suelta a reír de golpe, fuerte y sin tantita pena, de esas risas que retumban y contagian a todo el mundo. La comparación con el pejelagarto es bien tabasqueña: como cuando brinca del agua y arma el show. Vamos, que no fue una risita, fue un escándalo sabroso.
"El compa se resbaló con la cáscara de plátano y, en vez de ayudarlo, todos soltamos la carcajada como pejelagarto en plena fonda."