Se usa para decir que alguien está totalmente confundido, desorientado y con la cabeza hecha un lío, como si no entendiera nada de lo que pasa a su alrededor. Es esa cara de no saber si reír, llorar o salir corriendo. Muy útil para describir a la gente en exámenes, trámites o dramas amorosos.
"Salió de la reunión con el jefe hecho una sopa de sope, no sabía si lo habían felicitado, despedido o invitado a un cevichito después"