Se usa cuando algo está tan cabrón que da miedo y gusto al mismo tiempo, como una mezcla rara entre terror y cosa chida. Puede ser una experiencia intensa, una anécdota loca o hasta una persona que impresiona un buen. Es de esas palabras inventadas que se sienten muy reales, y la neta tiene su encanto.
"Güey, la casa de la tía Chonita estaba tan terripilante en la posada, con payaso diabólico y todo, que casi me hago, pero me reí como loco toda la noche."