Se dice cuando te pones a beber vino directamente de la bota, a morro y con arte, normalmente en cuadrilla y sin prisas. Es muy de plan riojano de campo, merienda y risas, donde lo importante no es catar fino, sino compartir y echar la tarde. Si acabas con la camisa salpicada, cuenta como tradición.
"El sábado nos vamos a la viña de Juan y nos ponemos a tirar de la bota, que entre chorizo, pan y cuatro risas se nos hacen las mil."