Se dice cuando alguien se va a pegar una siesta potente, de esas que te dejan nuevo y te borran la tarde completa. Es como “me voy a dormir un rato”, pero con sabor bien chileno y medio campestre, como después de un almuerzo pesado. Ideal para domingos flojos y guata llena.
"Ya, chiquillos, comí como chancho y me dio la modorra. Me voy a tomar un rancho en el sillón, no me webíen hasta la once."