Dicho bien de Aragua para vacilar con ternura a un bebé que está empezando a caminar. Como todavía no domina el equilibrio, va dando pasitos cortos, medio brincaditos, y se tambalea como si trajera un saltico encima. Se usa en familia, con cariño y risa, no para burlarse mala onda.
"Mira a Carlitos, ya anda trayendo el saltico por toda la sala. Se cae, se para y sigue como si nada, qué risa."