Se dice cuando algo se prende de golpe, se pone buenísimo o se descontrola para bien. Puede ser una rumba que se alborota, una discusión que sube de tono o un plan que se vuelve intenso en dos minutos. En Lara se oye bastante y pinta perfecto ese momento en que ya no hay vuelta atrás.
"Anoche la rumba agarró fuego tan rápido que hasta el vecino, todo serio, terminó bailando en pijama y chancletas con una Polar en la mano."