Se dice cuando andas justito de plata, al límite, contando las monedas para llegar a fin de mes. Es como ir caminando por la rayita sin pasarte, porque cualquier gasto te desarma el presupuesto. Muy de andar apretado y sin margen, pero con humor, porque si no, te da la chiripiorca.
"Este mes quedé andando a la raya, pagué el arriendo y listo, ahora puro pan con té y a mirar vitrinas no más."