Se usa cuando alguien trae un susto tan cabrón que anda todo nervioso y paranoico, viendo peligro en cada rincón. Puede ser por una peli de terror, por andar de pasón o porque le contaron alguna historia macabra. Es como ir con el Jesús en la boca todo el día, y la neta a veces hasta da risa verlo.
"Desde que le contaron la leyenda de la Llorona de aquí del puerto, el vato anda bien paniqueado, ya ni se asoma al patio porque jura que la oye chillando cada noche."