Se usa para bardear con cariño a alguien que va caminando lento, agrandado y medio sobrador, como pavoneándose por la vida. Es ese que va a su ritmo, sin apuro, disfrutando la sombra de los árboles y la brisa del río mientras el resto está a las corridas. Bien expresión entrerriana, y hay que admitir que pinta la escena perfecto.
"Apurate, che, dejá de andar como pavo al sol que el bondi ya está tocando bocina y el chofer nos mira con una cara de orto tremenda."