Se dice cuando alguien anda con la vibra hasta arriba, de súper buen humor y sintiéndose invencible, como si todo le saliera redondo. Vas contento, ligero y hasta medio presumido, porque traes suerte o te pasó algo chido. No es estar borracho, es andar bien prendido de ánimo. Y sí, se nota a kilómetros.
"Desde que le pagaron el aguinaldo, anda de filo por la casa, cantando y hasta lavó los trastes sin que se lo pidieran, bien campante."