En Durango se dice de alguien que anda bien prendido, con la sangre caliente y un chingo de energía, casi como si trajera lumbre por dentro. Puede ser por andar enamorado, con ganas de fiesta o medio acelerado por cualquier cosa. No siempre es insulto, pero sí implica que no se está quieto ni tantito.
"Desde que empezó a salir con el vato del gimnasio, la morra anda fogueada todo el día, hablando rapidísimo y queriendo armar plan hasta en lunes."