Se dice de alguien que anda medio borracho, tambaleándose y con cara de que ya no distingue ni la banqueta. No es estar hasta las chanclas, más bien ese punto en el que vas dando vueltas, hablando de más y haciendo el ridículo sin darte cuenta. Muy de cantina, fiesta y cruda moral al día siguiente.
"No manches, compa, ayer andabas teporocho en la fiesta y te pusiste a platicar con el poste como si fuera tu primo."