Se dice cuando alguien aprende a la mala, a fuerza de golpes de realidad, metiendo la pata y pagando las consecuencias. Es el típico aprendizaje de prueba y error, pero con cantazo incluido, ya sea literal o figurado. Vamos, que no fue por consejo ni por tutorial, fue porque la vida te dio en la cara.
"Aprendí a cantazos a no dejar el carro abierto: me robaron el radio una vez y al otro día casi me llevan las gafas. Desde ahí, cierro y chequeo dos veces, papi."