Se dice cuando alguien se rinde, se deja dominar o se pone bien bobo por los encantos de una catira, o sea, una rubia. Por extensión vale para cualquiera que te deslumbre y te tenga haciendo lo que sea con tal de quedar bien. Es medio en broma, medio en burla, y sí, da risa verlo.
"Desde que vio a la catira nueva del barrio, Pedro anda arrodillado a la catira, gastando real en perfume y hasta practicando joropo pa’ ver si le para bolas."