En Monagas se usa para hablar de alguien que está de visita larguísima, echando cuento, comiendo, rascando nevera y sin ninguna prisa por irse. Es como cuando caes en casa de un pana o un familiar y te quedas pegado horas, disfrutando la conversa y el chisme. Y sí, a veces provoca pero también cansa.
"No le escribas a Luis, que seguro está donde la abuela cayéndose a coco, comiendo arepitas y echando cuento desde el desayuno."